Después de terminar de filmar la película The Revenant, de Alejandro González Iñárritu, Leonardo Di Caprio se volvió a poner a las órdenes de su viejo amigo y director, Martin Scorsese, para ser el protagonista de Devil in the White City (El diablo en la ciudad blanca), una cinta de mafiosos de hace dos siglos.
Como todas las películas de Scorsese, ésta promete ser una banquete para la crítica y un éxito de taquilla. Está basada en un ensayo de Erick Larson, y narra los avatares de un asesino serial de Chicago en 1800 que cargó sobre sus espaldas la muerte de aproximadamente 200 hombres, muchos de cuyos esqueletos fueron donados a la ciencia para ampliar todo tipo de investigaciones.
Con esta nueva película, la asociación de Scorsese y Di Caprio se renueva, siguiendo la saga de Pandillas de Nueva York, Los Infiltrados, Isla Siniestra y El lobo de Wall Street. En cada una de esas cintas, Di Caprio ha sonado para, por lo menos, ser nominado candidato al Óscar. Es muy probable que con la última lo consiga. Si antes no la obtiene con The Revenant.