El Papa Francisco se ha vuelto un mediador de primera línea. Los funcionarios oficiales del gobierno venezolano y un líder de la oposición pactaron esta semana permitir al Vaticano actuar como mediador en un diálogo para resolver la crisis política del país.
Este acuerdo detiene la escalada de tensión en Venezuela, que se intensificó la semana pasada cuando el Consejo Nacional Electoral suspendió el referendo revocatorio, una iniciativa de la oposición para destituir a Maduro. Esta es la primera vez que el Vaticano ha logrado que los representantes de ambas partes coincidan, desde que se iniciaron los esfuerzos vaticanos en mayo. El primer encuentro formal se realizará este domingo 30 de octubre en la Isla de Margarita. El enviado del papa, el arzobispo Emil Paul Tscherrig, presidirá la reunión.
Sin embargo, no toda la oposición está en el diálogo. Leopoldo López —el líder opositor encarcelado—, dijo que el diálogo “no era posible” después de la suspensión del referendo y de “robarle el pueblo su derecho de expresarse”. López volvió a convocar a una gran manifestación este miércoles 26 de octubre para “tomar Venezuela”.
Aunque los tambores de guerra no han parado, la intervención del Papa Francisco es un buen indicio. Hay que recordar lo que hizo en Cuba.