Mientras el país se debate para elevar la productividad a todos los niveles y alcanzar las tasas de crecimiento de las naciones desarrolladas, hay algunos sectores que sobresalen por su comportamiento en el marco general de las actividades económicas. Ellos son las manufacturas, los servicios inmobiliarios y de alquiler de inmuebles, el comercio al por mayor, el comercio al por menor y la construcción.

Sin embargo, hay otros sectores que, más allá de su informalidad o incluso de su propia ilegalidad, tienen un comportamiento muy superior a los demás en términos de eficacia y eficiencia. Uno de estos sectores, lamentablemente, es el narcotráfico. Y no nos referimos a la capacidad y rapidez de entrega de sus productos o la elasticidad para producir ganancias, sino también a su capacidad para generar redes de seguridad para sus integrantes.

Para sorpresa de muchos, el narco se benefició con las medidas sanitarias impuestas por la pandemia del Coronavirus. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito sostiene que “los traficantes puedan recurrir en mayor medida a los modelos de tráfico de drogas en línea para ampliar sus negocios y redes, y después de la pandemia, este modelo en particular puede convertirse en la característica más notable del mercado regional de drogas ilícitas”.

Además, los sistemas de protección de los narcos han pulido su eficacia, de manera que los períodos entre la detención de los delincuentes y su posterior liberación puede ser cuestión de días. La nota roja de la semana fue que un comando armado ingresó al Centro de Readaptación Social (Cereso) de Tula de Allende, en Hidalgo, durante la madrugada del 1o de diciembre pasado, para liberar a nueve reos; entre ellos se encontraba  José Artemio Maldonado Mejía, alias el Michoacano, el R o el Rabias (en la fotografía) presunto líder de Grupo Pueblos Unidos y quien fue detenido hace una semana en Texcoco, Estado de México. Maldonado Mejía fue acusado por los delitos de robo de combustible, secuestro y extorsión en la zona de Tula. El grupo que irrumpió al Cereso logró la liberación del presunto delincuente, que había sido detenido por la Policía Ministerial Federal el 26 de noviembre. Tras la fuga, las autoridades implementaron varios operativos para buscar reaprehender a los reos, quienes estaban presos por delitos como homicidio y secuestro.

Gracias a la eficacia para liberar a los miembros de los carteles de droga, el presunto delincuente apenas pisó la cárcel en poco menos de una semana.

Información en https://www.milenio.com/estados/tula-de-allende-fuga-de-reos-irrupcion-cereso-esto-sabemos