Como siempre sucede en épocas de catástrofes sociales y naturales, a los ricos les va bien y a los pobres les va mal. Y a veces, les va muy mal. Esto es lo que ha sucedido en los últimos años. A los multimillonarios les ha ido muy bien durante la pandemia del coronavirus, mientras que la gente común la ha pasado mal. Las estadísticas de los ingresos indican que los ricos se han vuelto mucho más ricos en los últimos dos años. Es cierto que lo mismo ha sucedido con la mayoría de los estadounidenses, pero las ganancias han sido particularmente grandes para los que más tienen.

El crecimiento más rápido de los que más tienen puede ser un reflejo de las enormes ganancias en el mercado de valores: las acciones están en manos de los ricos de una manera desproporcionada, mientras que gran parte de la riqueza de la clase media está en la vivienda. Los pobres, como siempre, no tienen nada y no invierten en nada.

Sin embargo, los sectores menos favorecidos han experimentado un aumento importante de sus ingresos por la ayuda del gobierno estadounidense durante la pandemia. Pero esto no será permanente. Cuando la pandemia se reduzca, también se reducirán las ayudas. Y mientras no se modifique el modelo donde el dinero llama al dinero, los que no lo tienen serán los que paguen las ganancias de los que están arriba.

Mientras el coronavirus sigue arrojando números alarmantes en muchas partes del mundo, al dinero no le produce más que un simple estornudo.