Michael Phelps le dirá pronto adiós a las piscinas olímpicas. Su estela de triunfos y medallas es impresionante. Es un comandante en jefe que lleva sobre el pecho 23 medallas olímpicas, de las cuales 19 han sido de oro. Nadie ha realizado una hazaña semejante.
Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro son los quintos certámenes olímpicos cuyas aguas Phelps ha cruzado a toda velocidad. Su saga se inició en los Juegos Olímpicos de Sidney en 2000, cuando se convirtió en el nadador olímpico más joven de la historia, con 15 años de edad. En esa competencia no ganó medalla alguna, quedó en quinto lugar en los 200 metros nado mariposa, y declaró que se sentía feliz y motivado.
Bueno, pues la motivación lo llevó muy lejos. Al año siguiente rompió el récord mundial en la misma categoría, y en los Juegos Olímpicos de Beijing fue el primer competidor en llevarse 8 medallas de oro, récord que no ha sido superado por nadie hasta ahora. En las olimpiadas de Londres, Phelps se llevó 4 medallas de oro más, así como dos de plata.
¿Qué hace Phelps para ser el mejor del mundo? Tres cosas: nadar, nadar y nadar. Es un hombre que no deja de nadar en los días festivos, ni en su cumpleaños ni en navidad. No tiene tiempo para nada más. Ni para el amor. Hace unos meses nació su primer hijo, fruto de su relación con la modelo ganadora del concurso de Miss California Nicole Johnson. Dicen los amigos de la pareja que el bebé nació bajo el agua.
De retirarse después de los Juegos Olímpicos de Río, Phelps será un veterano de 31 años. Una edad muy digna para emprender cualquier cosa.