Esta es la última película de Clint Eastwood. Intensa, dramática y violenta, como todas. Aspira a llevarse el Óscar a la mejor película de este año, y por lo pronto es una de las ocho candidatas. Al igual que muchas de ellas, está basada en una historia real.
El verdadero francotirador se llamaba Chis Kyle, un hombre corpulento de Texas que participó en la Guerra de Irak y escribió sus experiencias bélicas en un libro llamado «American Sniper». Los disparos con sus rifles hicieron historia. Sus víctimas fueron 160, comprobados por testigos. Sy primera víctima fue una mujer suicida que llevaba una bomba para hacerla estallar enmedio de un grupo de marinos norteamericanos. Kyle la mató segundos antes, y dijo que «ya estaba muerta de antemano.» Lo que hizo fue salvar a los soldados. Otra de sus hazañas fue matar a un hombre a una asombrosa distancia de 1,920 metros. Lo cual representa, haciendo cuentas, 21 campos de futbol americano en toda su longitud.
Irónicamente, Kyle murió muy joven, y no en la guerra. Lo mató un amigo en Texas, en pleno territorio norteamericano, mientras iban a una práctica de tiro. Seguramente, por una disputa. El amigo está en la cárcel, enfrentando un juicio.