No. No se trata del Gabinetazo de Vicente Fox. Se trata del gabinete improvisado de Donald Trump, un séquito de personajes de diferentes enfoques y carreras que van a servir como las tenazas con las que el próximo presidente de Estados Unidos va a desarrollar sus políticas.

El gabinete es un grupo que solo añade nuevas preocupaciones a las que ya existían. Ahí está por ejemplo Stephen Bannon, un teórico de la ultraderecha que ha propuesto retirar el derecho al voto a las mujeres y los negros, y que ha sido designado como Consejero y Jefe de Estrategias de la Casa Blanca. Junto a él se encuentra James Mattis, un general de alto rango retirado que identifica a Irán como el creador único del Estado Islámico, y lo propone como el enemigo a vencer. Mattis es conocido entre las tropas norteamericanas como «El Monje Guerrero», ya que jamás se casó ni tuvo hijos, y su férrea castidad fue la disciplina que lo fogueó para dedicarse con devoción a una tarea superior: hacer la guerra.

Como Secretario de Estado (el equivalente a Canciller en México) estará Rex Tillerson, un empresario de la Exxon-Mobile con fuertes lazos económicos y afectivos con Vladimir Putin, quien lo condecoró en 2013 con la «Orden de la Amistad», que equivale a ser el mejor amigo de Rusia. Fuera de ese detalle, Tillerson no tiene la menor idea de lo que son las relaciones internacionales. Como Ministro del Interior aparece Ryan Zinke, un senador con larga carrera militar, con experiencia en dirigir un comando de 3,500 fuerzas de operaciones especiales en Irak, y cuya bandera ahora es el envío de tropas suficientes para liquidar al Estado Islámico. Zinke es visto entre sus colegas como un tambor de guerra.

Finalmente, pero no menos importante, como Secretaria de Educación aparece Betsy DeVos, una multimillonaria de Michigan que ha luchado por reivindicar la educación privada y socavar la educación pública, y que ha tenido mucho éxito con un programa de vales escolares que se suministran a las familias para que sus hijos puedan acceder a los colegios y universidades privadas.

Sí. En efecto, un Gabinetazo. Junto a él, los gabinetes de Margaret Thatcher y George Bush se ven moderados.