En este caso el lobo es un animal blanco… y las ovejas son negras. Pero el resultado es semejante al de la fábula. La semana pasada Donald Trump tuvo la ocurrencia de ir a dar un discurso en el Benedict College de Columbia, en Carolina del Sur -una escuela con mayoría de estudiantes negros- como parte de su campaña para la reelección. El tema fue, para el asombro de todos, la justicia criminal. Y como las autoridades sabían que su presencia no iba a ser bien vista el campus, tomaron las precauciones debidas. Por ejemplo, encerrar a los estudiantes en sus dormitorios mientras duraba la conferencia. Y en el exterior, cerrar las calles circundantes a la circulación de vehículos.
El resultado fue contraproducente. De inmediato las redes sociales se inundaron con las protestas estudiantiles, Nia Byas, una estudiante negra de muy altas calificaciones, declaró a la revista TIME que las autoridades pidieron a los estudiantes no salir de sus dormitorios de 12:00 a 4:00 de la tarde. «Yo protesto a nombre de todas las instituciones históricamente negras. No acepto que Donald Trump visite nuestras escuelas, y especialmente la mía». Por su parte, Kamala Harris, senadora de California y aspirante a la candidatura presidencial de los Demócratas, dijo que ella reprueba el premio que le dieron a Trump por su postura en la justicia criminal, ya que es un hombre que promueve el encarcelamiento masivo y la pena de muerte para los jóvenes negros.
Trump dijo en su discurso que él «encabeza el gobierno que más ha hecho por los afroamericanos en la historia de su país.» El auditorio permaneció en silencio.