Aunque los ataques terroristas tienen la atroz característica de la imprevisibilidad y la sorpresa, los servicios de inteligencia del Reino Unido están buscando la forma de prevenirlos al comprender sus causas más profundas y los resortes eventuales que los impulsan.
Un estudio reciente, publicado en sus líneas generales por el Sunday Times, hace acopio de diversas fuentes que examinan el contexto en el cual surgen los terroristas vinculados al Islam, y tiene datos reveladores. Contiene información sobre 269 musulmanes convictos por terrorismo, que han llevado a cabo 400 delitos en el periodo que va de 1998 hasta la fecha. Se trata de ciudadanos que viven en diversas ciudades del Reino Unido, lo cual reafirma la hipótesis de que los terroristas no son personas que llegan de fuera -como afirma Donald Trump-, sino residentes que viven y conocen muy bien los lugares en los que llevan a cabo sus ataques.
Tampoco son lobos solitarios, como afirman muchos supuestos. Se trata de residentes que, en su gran mayoría, habitan en guetos segregados de grandes ciudades, viven en el desempleo y condiciones de miseria, tienen familias, albergan un resentimiento social contra los países y las ciudades en las que viven, y en ocasiones comunican a sus vecinos más cercanos sus intenciones. A veces, también, los involucran, formando células terroristas con capacidad de acción, flexibilidad para ocultarse y jerarquías de mando.
El grado de integración de los grupos musulmanes a la vida cotidiana y las costumbres del Reino Unido es un tema clave para explicar la aparición o ausencia de grupos o personas terroristas. En la ciudad de Leicester, donde existe un alto grado de integración de los grupos musulmanes, surgieron solamente 2 terroristas en las últimas décadas. Pero en Birmingham, donde existe un gueto musulmán reconocido, señalado y evitado por el resto de los ciudadanos, han surgido 39 terroristas en el mismo lapso. Por su densidad demográfica, Londres se lleva el negro galardón con el mayor número de terroristas -117-, pero su población musulmana es superior al millón de habitantes. Birmingham, que tiene una población musulmana de 234 mil habitantes, tiene un número mayor de terroristas, proporcionalmente.
Un acto terrorista puede estar impulsado por motivos fanáticos y religiosos -como la promesa de llegar al cielo y disfrutar de las 72 vírgenes que aguardan a cada yihadista-, pero también como un acto de venganza contra una sociedad que los rechaza. Mientras los primeros se inmolan con convicción y hasta con euforia, explotando bombas con las que vuelan sus propios cuerpos, los segundos tratan de escapar, esconderse, disfrutar de su venganza en esta vida y, de ser posible, preparar nuevos actos reivindicativos.
El estudio demuestra que, si bien el terrorismo es un acto desalmado que termina con la vida de infinidad de inocentes, en los casos de los musulmanes no integrados tiene su origen en la injusticia de la segregación, la xenofobia y el desprecio.