El monarca ha muerto. El príncipe Felipe, duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II, murió el pasado viernes en el castillo de Windsor. Tenía 99 años. Con su muerte, se va un siglo de monarquía en el Reino Unido. Deja, eso sí, una larga descendencia, y una hilera interminable de títulos y condecoraciones. Felipe tuvo cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo; además de ocho nietos y diez bisnietos.
Felipe tuvo una notable carrera militar desde que se unió a la Marina Real Británica, participó en varios combates y se distinguió por su inteligencia y su entereza.
Su vida fue tema para varias películas y series de televisión. Pero el destino le jugó una mala partida. Al casarse con la reina Isabel II -la verdadera heredera al trono imperial-, su figura se convirtió en la de un simple acompañante de la reina. Y el resto de su vida le resultó imposible sacudirse ese título.
Un nacimiento privilegiado, un destino cruel.
El príncipe Felipe, duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II, padre del príncipe Carlos y patriarca de una turbulenta familia real que él intentó que no fuera la última de Gran Bretaña, murió el viernes en el castillo de Windsor, en Inglaterra. Tenía 99 años.
Su muerte fue anunciada por el Palacio de Buckingham, que dijo que había fallecido en paz.
Felipe había sido hospitalizado varias veces en los últimos años por diversas dolencias, la última de ellas en febrero, dijo el palacio.
Murió justo cuando el palacio de Buckingham estaba de nuevo en plena turbulencia, esta vez por la explosiva entrevista en televisión de Oprah Winfrey el mes pasado con el nieto de Felipe, el príncipe Enrique, y la esposa birracial de Enrique, Meghan. La pareja, autoexiliada en California, lanzó acusaciones de racismo y crueldad contra los miembros de la familia real.
ue durante más de siete décadas el consorte de la reina Isabel II del Reino Unido. Hijo del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca y de la princesa Alicia de Battenberg, fue miembro de la casa real griega por nacimiento y de la británica por su matrimonio.
En 1947 se casó con la princesa Isabel, hija del rey Jorge VI y la reina Isabel del Reino Unido. En la víspera de su boda Jorge VI le concedió los títulos de duque de Edimburgo, conde de Merioneth y barón Greenwich, otorgándole el tratamiento de Alteza Real. En 1957, Felipe fue nombrado príncipe del Reino Unido por la reina Isabel II.