You are here
Home > Deportes > El otro Mundial

El otro Mundial

Junto al Mundial de Fútbol en Rusia, cuyas hostilidades se abrirán el próximo 14 de junio, hay otro Campeonato Mundial que se juega en un estadio poco utilizado en las afueras de Londres. Y no es un Mundial de consolación, ningún torneo para limpiar las lágrimas de los que quedaron fuera de Moscú, como los chilenos, los holandeses y los italianos. No. Se trata de un Mundial paralelo, destinado a todos los pueblos de la Tierra que no son reconocidos por los países en los que viven, pero que se consideran a sí mismos como naciones independientes.

Este año 16 equipos de grupos étnicos y naciones excluidas de la formalidad y la diplomacia internacional -como Tibet en China, la Tierra Tamil en Sri Lanka, Cascadia en Norteamérica, los kurdos en Irak, los húngaros de Delvidek en Serbia- se reunieron a pesar de las dificultades de transporte y las múltiples amenazas de los países donde se asientan para participar en un Mundial organizado por la Confederación de Asociaciones Independientes de Fútbol, una organización que agrupa a 48 naciones que no existen como tales.

El estadio que se prestó para llevar a cabo tan singular -y peligrosa- competencia fue el del equipo Bromley FC, un club británico de larga trayectoria pero relegado a las divisiones inferiores de los torneos. Ahí el equipo a vencer en el Mundial paralelo era el de Abjasia, una nación que busca la separación de Georgia y que cuenta con el apoyo diplomático -y militar, sostienen muchos- de Rusia. El año pasado, en el segundo torneo mundial de la Confederación Independiente, Abjasia dejó fuera de combate a la región del Punjab de la India y Pakistán, y se coronó campeón del mundo. Este año, Tibet dejó fuera a Abjasia, y  Kárpitoz, una minoría húngara que lucha por su sobrevivencia en Ukrania oriental, se perfila como el nuevo campeón.

En este otro Mundial los equipos visten los colores de la patria, cantan sus propios himnos, llevan porras y banderas, se abrazan en cada gol, representan a las huestes de sus respectivos países. Como si en realidad existieran.

El fútbol todo lo puede.

Top