Un argentino del más alto rango, el Papa Francisco, ha salido a defender la unión europea. Al celebrar su 60 aniversario, los mandatarios del viejo continente se reunieron en el Vaticano para definir su futuro. Y el Papa los amonestó, les recordó algunos pasajes históricos, los conminó a proceder con mayor valentía y les dijo que la unidad europea se puede morir -gracias a su escepticismo- de inanición y abandono.
Porque en efecto, hay diferentes fuerzas que atentan contra la unidad europea. Primero fue el Brexit, que arrancó al Reino Unido de sus lazos económicos y comerciales con el continente. Después llegó a la Casa Blanca Donald Trump, con la intención de levantar muros arcaicos para proteger a su país. Y ahora la emigración incesante y los atentados terroristas amenazan con devolver el aislacionismo a todas las naciones del viejo pacto. Desde su creación en 1957, la Unión Europea ha sufrido todo tipo de embates xenófobos y nacionalistas, y ha salido adelante. En sus orígenes, solo era el esfuerzo integracionista de 6 países. A lo largo del tiempo, muchos se unieron hasta llegar 28. Hasta hace una década, fue un modelo donde las fronteras se abrieron a todos sus integrantes. Ser francés, español, italiano, alemán o griego equivalía simplemente a ser europeo.
Hoy, esa organización podría derrumbarse. «Cuando un cuerpo pierde el sentido de dirección y no es capaz de mirar hacia delante -les dijo el Papa a los 27 mandatarios presentes-, puede sufrir regresión y, a largo plazo, el riesgo de morir.» También les recordó que Europa ha sufrido épocas de persecución y temor, pero que gracias a la solidaridad de los pueblos se ha mantenido indemne.
Pero la reacción y el temor se han extendido sin tregua. A las costas y las ciudades europeas han llegado más de un millón y medio de refugiados en los último dos años. Y hace unas cuantas horas, Londres sufrió un atentado terrorista a las puertas del Parlamento. Por eso, mientras el Papa trataba de pegar los platos rotos con sus palabras, en las afueras del Vaticano una turba exigía a las naciones europeas medidas muy severas para repeler a los migrantes. «La crisis de los migrantes no solamente es un problema económico y de seguridad -señaló el Papa. Es una crisis que debemos enfrentar con nuestro patrimonio de ideas y valores históricos, y lo debemos hacer con vigor y pasión.»
Para evitar conflictos, afuera del Vaticano se han convocado 5 mil policías.