Lejos se ven los años en los que las devaluaciones del peso eran el dolor de cabeza de todos los mexicanos. Unos cuantos, los que salían del país para comprar sus guardarropas en dólares, sufrían porque sus dólares ya no eran suficientes para comprar sus anheladas prendas de lujo; otros más -la mayoría-, porque los precios del pan y las tortillas se ponían fuera del alcance.
Ahora el peso mexicano es una de las pocas monedas del mundo que le ha pegado al dólar en 2022.
La moneda nacional es la segunda con la mayor apreciación en lo que va de este año, con un incremento del 5.6 por ciento respecto al cierre de 2021. El pasado viernes, el peso se cotizaba en 19.34 pesos por dólar, de acuerdo con información de las plataformas financieras.
El peso se ubica sólo detrás del rublo ruso, que en lo que va de este año se ha apreciado 18.96 por ciento.
Detrás de la moneda mexicana se ubican el real brasileño y el sol peruano, con apreciaciones de 3.13 y 3.05 por ciento, respectivamente.
En contraste, la moneda de Argentina ha tenido una de las mayores depreciaciones frente al dólar. Al cierre del 2021, cotizaba en 102.68 pesos por dólar; pero ayer llegó a los 165.58 pesos por dólar, lo que representa una devaluación del 61.26 por ciento.
A la moneda mexicana le han ayudado varios factores, entre ellos el incremento de doble dígito de las exportaciones a Estados Unidos, el aumento de las remesas que los mexicanos envían a su país de origen, y la recuperación del turismo extranjero.
Para medir las distancias, basta recordar que la devaluación en México durante el gobierno de López Portillo fue del 866%, y durante el gobierno de su sucesor, Miguel de la Madrid, fue del 1443%.
Afortunadamente, eso ya es historia.