Hoy es el referéndum definitivo para el Reino Unido. Los ingleses, como los conocen en todo el mundo, van a decidir si se quedan o se van de la Unión Europea. La decisión es crucial, porque el resto de los europeos ve la salida de los ingleses como el inicio de una desbandada que terminará con los deseos de unidad en Europa, la vuelta a la miopía segregacionista y, peor aún, la puerta de entrada a una era de cerrazón que puede desembocar en un renacimiento de los nacionalismos a ultranza, el rechazo a las minorías y los extranjeros, el aislamiento económico y la sombra del fascismo y el nazismo.
No es así, dicen los partidarios del brexit (la salida de Gran Bretaña); lo que sucede es que la Unión Europea no ha desembocado en la prosperidad de Inglaterra -como se prometió originalmente-, sino a la manipulación de toda Europa por parte de Alemania y Francia, los enemigos históricos del Reino Unido. Los devaneos del euro han llevado a una crisis económica uniforme en toda la región y a un desempleo incontrolable en varios países -particularmente en España y Grecia-, y las crecientes migraciones han puesto en duda la capacidad de la Unión Europea para absorber a una fuerza de trabajo que representa cada vez menos trabajo y más soluciones de fuerza. El Reino Unido, después de la amenaza secesionista de Escocia, puede soportar el vendaval de las modernas transformaciones solo.
¿Y qué sucederá con la promesa mundial de un mundo sin fronteras mucho más humano y abierto a la diversidad? Pues esa es la principal preocupación que subyace en el referéndum. Por eso los presidentes de Francia y Estados Unidos se han declarado a favor de que Inglaterra se mantenga en la Unión Europea. Lo mismo han hecho artistas e intelectuales como J.K. Rowiling -la creadora de Harry Potter-, los actores Tim Roth, Keira Knightley, Benedict Cumberbatch y el agente 007, Daniel Craig. También el futbolista David Beckham y el cantante Elton John.
Además -y no por ello menos importante-, hay fuertes intereses económicos detrás de esta decisión. Game of Thrones, la popular serie de HBO, se ve en todo el mundo gracias a su producción, pero también gracias a los acuerdos comerciales entre las naciones. Si Inglaterra sale de la Uníón Europea, la serie dejaría de verse en Irlanda, donde se filmó en gran parte. Y todos sus fanáticos quieren ver los siguientes capítulos. Son millones de votos favorables.
No hay encuestas de salida, pero The Guardian señala que la intención de quedarse tiene una ligera ventaja. Mañana veremos el resultado.