En su última partida, después de llevar a cabo una presidencia turbulenta, Trump ganará con su última jugada. Es decir, quedará absuelto en el segundo impeachment que le impusieron los Demócratas.
Trump tiene muchas cosas a su favor. Antes de iniciarse el juicio, los senadores pasaron un día discutiendo si tiene sentido juzgar a un presidente que ya no está en funciones. Muchos no están convencidos.
Los que están a favor de la condena a Donald Trump, utilizaron argumentos sentimentales para su condena. El representante por Maryland, Jamie Raskin, describió el momento en el que estuvo encerrado dentro de la Cámara, cuando sus colegas llamaban a sus seres queridos “para despedirse” y mientras su propia hija y su yerno, que estaban cerca de él, temían por sus vidas.
“Este no puede ser el futuro de Estados Unidos”, afirmó con el corazón en la garganta. “No podemos tener presidentes que inciten y respalden la violencia de las turbas contra nuestro gobierno y nuestras instituciones porque se niegan a aceptar la voluntad del pueblo”.
Después de su emotivo alegato, sólo 6 representantes republicanos se unieron a la demanda de los demócratas.
Desde su refugio privado en Mar-a-Lago, en Palm Beach Florida, Trump sonríe con los jaloneos.