La golpiza al funcionario Arne aus den Ruthen fue nota periodística porque se trata de un funcionario. Si hubiera sido cualquier otro ciudadano, sería parte de la vida cotidiana de la ciudad.
Sobre el Paseo de la Reforma estaban estacionados unos guardias de seguridad en banquetas y pasos peatonales, y un ciudadano llamó a las autoridades de la Delegación para que tomaran cartas en el asunto. Al lugar llegó el funcionario Arne aus den Ruthen, el City Manager de la Delegación Miguel Hidalgo, y al enfrentar a los guardias lo golpearon sucesivamente en la cara, le robaron su celular y lo dejaron tirado sobre la acera.
Después se supo que los agresores eran guardias del director del Grupo Miled, Raúl Libien Santiago, y que también eran policías del Estado de México.
La Delegada Xóchitl Gálvez acompañó a su funcionario a levantar la demanda, y afirmó que nada ni nadie intimidará a la Delegación para cumplir sus funciones.
Los guardias le reportaron a su jefe que le habían dado «un putazo al hijo de su puta madre».
Se trata de agentes del Estado de México, pero el delito se cometió en la Ciudad de México, y las autoridades de la Ciudad están obligadas a actuar. La soberbia y la impunidad de ese tipo de guardias no puede estar por encima de ellas.
Arne aus den Ruther dijo que no tiene miedo, y que seguirá actuando.