En Singapur, uno de los países más ricos del mundo, los hackers internacionales han robado la identidad de la cuarta parte de la población. Es algo que da escalofrío. Singapur es una Ciudad-Estado edificada como las antiguas metrópolis de Roma y Atenas, y su pequeño territorio alberga una de las economías más poderosas de la Tierra. Es el segundo puerto en importancia por los flujos de mercancías que maneja, solo abajo de Shanghái. Su renta per cápita es semejante a la de Estados Unidos. Se encuentra entre los primeros países de las listas internacionales en materia de educación, salud, calidad de vida, medio ambiente, competitividad económica y transparencia política. Es un país ejemplar para muchas cabezas, y un poderoso imán para los turistas. Cada año, el número de visitantes que recibe duplica su número de habitantes.
Pues ese país, precisamente, fue víctima de un robo internacional de grueso calibre. Los hackers se llevaron los datos extraídos de los sistemas médicos de 1.5 millones de habitantes. Eso significa la cuarta parte de la población del país. En poco más de un mes -entre el 1o de mayo y el 4 de julio del presente año-, se apoderaron de los nombres y las direcciones de los pacientes del sistema de salud, y de las recetas médicas de 160 mil casos. «Fue un robo perfectamente calculado y muy bien planeado», dijeron las autoridades.
Y no ha sido el primer ataque en Singapur. Los hackers -supuestamente del grupo Anonymous- penetraron hace un año en la página oficial del primer ministro Lee Hsien Loong, y colocaron una máscara de Guy Fawkes -también conocido como Guido Fawkes-, el católico que luchó al lado de los españoles en 1605 y trató de asesinar al rey Jacobo I de Inglaterra. Junto a la máscara, las huestes de Anonymous se burlaron escribiendo «Nos da mucho gusto ser singapurenses el día de hoy». Después, se introdujeron en la Secretaría de la Defensa y robaron los nombres de los conscriptos.
El ataque a Singapur se une a los ataques en otras naciones del mundo. A principios de este año, un grupo llamado Fancy Bear atacó las redes del Ministerio del Interior en Alemania; el año pasado un grupo supuestamente norcoreano irrumpió en el Servicio de Salud del Reino Unido para infectarlo con un virus llamado WannaCry; en años anteriores, otro grupo atacó las redes de Sony Pictures, mientras la empresa lanzaba a las pantallas una película sobre el supuesto asesinato de Kim Jong-un.
El objetivo de los hackers que robaron la información de los habitantes de Singapur no se ha definido. Pero por lo pronto, sembraron el miedo en la población y el gobierno. La información sobre la salud, o por lo menos las bases de datos de los hospitales, consultorios y laboratorios, ha dejado de ser confidencial. Y no se sabe para qué será utilizada.