Hillary Clinton y Donald Trump fueron los ganadores de las elecciones del super martes, donde fueron a las urnas electores de 11 estados de la federación en Estados Unidos. Los resultados confirmaron lo que decían las encuestas.
El hecho de que Donald Trump se perfila ya como seguro candidato de los republicanos ha preocupado a muchos, incluyendo a un importante sector de los propios republicanos. Un hombre que busca prohibir la migración de árabes y mexicanos a Estados Unidos y se niega en principio a deslindarse del KuKlusKlan representa una bomba para las relaciones internacionales y para el funcionamiento de un Estado liberal en el interior del país.
Sin embargo, por sus propias declaraciones, Trump ha logrado crear varios frentes de enemistad hacia sus políticas y hacia su propia persona. En esos frentes podemos contar a los creyentes que siguen al Papa, a todos los gobiernos árabes, a todos los mexicanos y, por si fuera poco, a grandes sectores de negros y mujeres en diferentes estados de la Unión Americana.
Por ello, no suena descabellada la afirmación reciente del presidente Barack Obama, cuando dijo: «Donald Trump no será presidente de Estados Unidos.»