El hombre depredador es una especie que aniquila a otras especies no solamente para satisfacer sus necesidades alimenticias.
El hombre depredador no tiene dientes grandes ni garras afiladas, ni enormes tentáculos ni mordeduras venenosas. Pero tiene inteligencia, y la astucia para fabricar herramientas y armas artificiales. Y, a medida que se convierte en un cazador cada vez mejor, empieza a matar animales a gran escala. Ha acabado con la paloma pasajera, el dodo y las grandes manadas de bisontes de América del Norte. El siglo pasado acabó con grandes poblaciones de ballenas. Hoy en día las flotas pesqueras del mundo recogen más peces de lo que, según científicos, es sostenible. El hombre es la mayor causa de muerte de mamíferos grandes en América del Norte.
Casi 10 por ciento de la vida marina se encuentra en peligro de extinción debido a los efectos de la actividad humana.
Es preciso, por ello, defender a las especies junto con sus hábitats.
Eso sería apenas una parte de la reparación por la destrucción que ha llevado a cabo el homo rapax