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Hungria a la derecha

Si es verdad que el poder transforma radicalmente a sus inquilinos, basta el ejemplo de Viktor Orban para confirmar el apotegma. Hace casi treinta años, Orban era un estudiante de discursos incendiarios que exigía la retirada de los tanques rusos de la Plaza de los Héroes en Budapest, Hungría. El líder era una defensor de la democracia, las elecciones libres y los derechos humanos. Un izquierdista consagrado, amigo del proletariado, y un brillante estudiante que aprovechó una de las becas que otorgaba la Fundación George Soros para ampliar sus estudios de Derecho en la universidad de Oxford.

Ahora Viktor Orban es un hombre aferrado al poder de Hungría, un primer ministro que trata de imponer un sistema dictatorial al estilo de Turquía, que basa su política en el cierre de las fronteras del país a los extranjeros -especialmente a los árabes-, que apoya las medidas anexionistas de Putin en Crimea y, para afianzarse en su cargo, ha dicho que el culpable del atraso del país es ni más ni menos que George Soros, el filántropo que le pagó sus estudios.

De que Orban es un malagradecido, no cabe la menor duda. Pero también es un publicista político que trata de convertir sus mentiras en realidades contundentes. La principal es que Soros es el culpable de la emigración asentada en Hungría, y por lo tanto de la crisis social y económica de la nación.

Soros es uno de los pocos especuladores internacionales que ha puesto su fortuna al servicio de la educación. Su fundación ha invertido más de 335 millones de euros en programas sociales y educativos en Hungría. Desde la época en que el país era satélite de la Unión Soviética, Soros promovía la libertad de expresión financiando imprentas, libros, medios de comunicación y creando paquetes de becas para que los estudiantes fueran a estudiar al extranjero. Gracias a una de esas becas, Orban pudo ir a Oxford para estudiar a los filósofos liberales que ahora detesta.

La naciente dictadura de Orban acaba de propinar un golpe demoledor a su antiguo mentor. George Soros y su organización -The Open Society Foundation- son forzados a abandonar Budapest y trasladarse a Berlín. En Hungría se acaban de prohibir todas las organizaciones que reciben fondos del extranjero. «La era de la democracia liberal ha terminado», dijo Orban mostrando una novedosa sonrisa.

 

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