Si existe un país donde el coronavirus puede convertirse en el catalizador de una catástrofe de dimensiones planetarias, ese país es la India. Con sus más de 1,300 millones de habitantes, con una gran cantidad de ellos bajo el umbral de la pobreza extrema, la posibilidad de crear un ejército muy denso de contagios y de muertes por la pandemia es enorme.
India está generando un cúmulo de 30,000 contagios cada día, y en algunas ciudades y aldeas los cuerpos se alinean en espera de ser cremados. En una visión apocalíptica. El país ocupa el tercer lugar de contagios y de muertes por la pandemia, solo debajo de Estados Unidos y Brasil. Pero esos países, aunque densamente poblados, no alcanzan a ser ni la tercera parte de la población de la India.
El país ha alcanzado más de un millón de contagios y ha superado las 25 mil muertes por infección de coronavirus. Una de las figuras más dramáticas de lo que sucede actualmente en el país atañe exclusivamente a las escuelas. Los centros educativos y universidades han estado cerrados desde marzo del presente año, y en las calles y las casas se observa a 278 millones de estudiantes que no tienen nada que hacer.
En el campo de la economía, donde la India era un impulsor del crecimiento a nivel mundial, más de 100 millones de trabajadores han perdido sus empleos. Se calcula que en año que se inició el pasado mes de abril, la economía se contraiga un 9.5%. Millones de trabajadores migrantes, que inundan las ciudades en busca de trabajo, ahora regresan a sus lugares de origen sin recursos y sin forma de obtenerlos. Muchos de ellos, además, se han convertido en portadores del coronavirus.
Aunque las autoridades han redoblado sus esfuerzos para incentivar el uso del cubrebocas y la ejecución de la sana distancia entre los ciudadanos, los pronósticos para los próximos meses no son nada halagadores.