Metida de lleno en el proceso electoral, la familia presidencial de Donald Trump acapara los reflectores de buena parte de la prensa para analizar si se quedará otros cuatro años en la Casa Blanca o desaparecerá de los medios para resguardarse en sus casas.

Y en ese contexto destaca la figura de Ivanka Trump, la segunda hija del primer matrimonio de Donald Trump -con una modelo nacida en la extinta Checoslovaquia-, quien se ha destacado como modelo, empresaria y promotora de la figura política de su padre. Su rostro ha estado en varias revistas de moda y entretenimiento como Versace, Stuff, Golf Magazine, Harper´s Bazaar, y Forbes, y marcas como Tommy Hilfiger y Sassoon.

Un detalle no menos importante es que está casada con Jared Kushner, uno de los empresarios judíos más influyentes de la actual administración, y es dueña de la joyería Ivanka Trump, que luce sus productos en la Avenida Madison de Nueva York.

¿Cuál es el capital político de la hija más conocida del presidente Trump? Sin duda el dinero. Detrás de su rostro en las revistas y las pasarelas de moda se encuentran los caudales que se invierten en la ropa de marca, las joyas, los automóviles de lujo, los condominios más caros, el bullicio de las estrellas republicanas de Hollywood, la burbuja  fosforescente de los bienes raíces, el mercado de valores y las firmas más reconocidas de Wall Street.

Por eso Ivanka representa un capital muy importante, un sector que puede influir con sus recursos en la balanza de las próximas elecciones.