«Yo tengo una buena cantidad de defectos -dijo José Mujica al despedirse del Senado de Uruguay en días pasados-, pero en mi jardín no se cultiva el odio.» Los senadores uruguayos se fundieron en un mar de aplausos. José Mujica dejó el Senado el pasado 20 de octubre, y la prensa mundial -incluyendo a muchos de los que lo atacaron a lo largo de su carrera- le rindieron un homenaje final como senador.
En marzo de 2017, la cadena USA News difundió la noticia de que José Mujica había muerto. Y dió detalles. Dijo que la familia del expresidente de Uruguay había anunciado su muerte en un comunicado, que un periódico local de California había dado la noticia, y que había muerto en el Hospital Bakersfield «de una enfermedad relacionada con el corazón».
«Yo tengo una buena cantidad de defectos, pero en mi jardín yo no cultivo el odio -dijo en un discurso memorable-, porque el odio estupidiza a los hombres. He pasado de todo…he estado seis meses con las manos atadas con un alambre en la espalda… he estado bañándome durante dos años con solo una taza de agua… he pasado de todo… …y ahora le quiero decir a los jóvenes que triunfar en la vida no es ganar… triunfar en la vida es levantarse de nuevo cada vez que uno cae…»
Ahora José Mujica es un símbolo de vida.
(Para Roberto Palencia)