Los Juegos Olímpicos de Tokio, uno de los principales damnificados por la pandemia del Covid-19, por fin están listos. Se llevarán a cabo del 23 de julio al 8 de agosto de 2021, y el 21 y 22 de julio se realizarán algunos eventos preliminares. Los Juegos Paralímpicos también se postergaron un año y se celebrarán del 24 de agosto al 5 de septiembre.
Lo que está en juego va más allá del prestigio que tiene Japón para realizar juegos olímpicos y eventos de talla internacional. Ahora de lo que se trata es de conservar los miles de millones de dólares en transmisiones de televisión que se perderían si las Olimpiadas fueran canceladas. Según los organizadores, no es posible volver a posponerlas. Para no perder dinero, paradójicamente, las Olimpíadas de este año se siguen llamando Tokio 2020. Las camisetas, los tenis y la ropa con la marca registrada no se cambiarán, aunque el año verdadero cambie. Por primera vez, los Juegos Olímpicos se celebrarán un año después de su propio calendario. Es una medida surrealista, pero todos los países la han aceptado.
Sin embargo, el público local no está muy convencido de ello. Las encuestas muestran que entre el 70 y el 80 por ciento de la gente en Japón cree que los Juegos Olímpicos no deberían realizarse este verano.
Pero la flama olímpica ya no se apaga.