Este año ya se vió la tendencia. El uso de energías renovables se incrementó un 1.5% respecto a los primeros meses de 2019. Su generación eléctrica aumentó en un 3%, gracias a los proyectos de energía eólica y solar que se completaron el año pasado. Para 2020, se prevé que la electricidad mundial generada por la energía renovable crezca un 5%.
Las energías renovables son menos propensas a una disminución de la demanda eléctrica, porque su costo de operación es más bajo que el de las fuentes fósiles. Además, gozan de cierta preferencia, ya que la energía generada con fuentes renovables entra antes a la red que la de origen fósil. Esto sucede, por ejemplo, en la Unión Europea.
Sin embargo, las energías renovables no están exentas de enfrentar problemas. La crisis por el Covid-19 ha provocado interrupciones en la cadena de suministro de la industria renovables y una desaceleración en la instalación por las medidas de confinamiento. Ha existido desabasto de las piezas para armar turbinas, los cierres han ocasionado la pérdida de cerca de 600 mil empleos a nivel mundial.
La buena noticia para el planeta es que las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero, caerán hasta 8 por ciento en 2020 como consecuencia de la menor demanda de energía en todo el orbe.
Con todo, se espera un nuevo crecimiento del sector de energías renovables, en beneficio no solo de la economía, sino del medio ambiente. La disminución de gases de efecto invernadero es un factor que beneficia a todos.