En su último discurso, Joe Biden -el candidato demócrata a la Casa Blanca- promovió una lucha «para rescatar el alma de la nación», entendiendo por ello una lucha contra el racismo en cualquier forma que se presente. En el recinto de la alcaldía de Filadelfia, flanqueado por un puñado de banderas americanas, sostuvo que muchas comunidades «han tenido la rodilla en el cuello durante mucho tiempo», en alusión al policía que sometió con su rodilla la cabeza de George Floyd contra el pavimento, provocando su muerte de esa manera.

Con estas palabras, Biden se puso automáticamente en el lado contrario del actual presidente, Donald Trump. Biden sostuvo que su liderazgo está sustentado en la compasión hacia los que sufren, lo cual ha sido característicamente rechazado por el actual presidente.

«Somos una nación en duelo, pero no vamos a dejar que este sentimiento nos consuma con su dolor; somos una nación enojada, pero no vamos a permitir que el enojo oriente nuestras acciones; somos una nación exhausta, pero no vamos a dejar que el cansancio termine con nuestras fuerzas.»

Estados Unidos es la nación que más contagios de coronavirus ha tenido en el mundo, y la que más muertes ha padecido por la pandemia. Y Joe Biden les habla directamente a ellos. Los parientes de los muertos son aproximadamente 120 mil familias. Y Biden sabe de lo que habla. En 1972 perdió en un accidente automovilístico a su esposa y su hija. Y en 1985 perdió de cáncer a su hijo.

Mientras tanto, Trump dice que los manifestantes son «un puñado de terroristas», y que les aplicará la fuerza bruta.

Son dos fuerzas que chocarán el 3 de noviembre en las urnas.