En The Joker, la polémica película de Todd Phillips, Ciudad Gótica es un espacio sórdido que cobija las pulsiones vengativas de Arthur Fletch, un joven sicótico que vive con su madre y sufre las vejaciones de sus congéneres mientras trata de acomodarse entre las migajas de un sistema laboral que rechaza a los incapacitados y los advenedizos. Como sus familiares mas cercanos le dijeron que sus habilidades eran hacer reír a la gente aunque estuviera en las condiciones más adversas, Arthur consiguió trabajos eventuales como payaso callejero en pequeñas tiendas, y fue víctima de pandillas que le arrebataban sus carteles y le propinaban palizas eventuales.
Arthur vivía con su madre, una anciana decrépita que lo acompañaba a ver programas de entrevistas para retrasados mentales en la televisión, y que le toleraba su indolencia siempre y cuando la acompañara en sus desvelos, la bañara y la escuchara en la repetición de sus historias y las noticias del día. Todo transcurría en una rutina sin sobresaltos, hasta que Arthur, movido por las circunstancias, decide defenderse de unos pasajeros del metro que empiezan a divertirse golpeándolo y pateándolo en el suelo. Es una escena común en el desarrollo de una película que salpica violencia en todas direcciones, pero a partir de ella Arthur se hace cargo de su defensa, promueve en la televisión lo que podría ser una critica feroz de la cultura del espectáculo en Estados Unidos, y termina por darle fin a la carrera mediática del propio Robert De Niro.
No hay películas que puedan compararse a la de Todd Phillips. Tampoco hay actuación que pueda compararse a la de Joaquín Phoenix. Y eso que el enemigo de Batman ha sido protagonizado por luminarias como Jack Nicolson y Heath Ledger, que ganó el Óscar por su actuación pero que no pudo recibirlo por tomar una sobredosis de drogas y medicamentos que le quitó la vida.
Aunque ha sido aclamada por la crítica, The Joker no es una película que guste a las mayorías. Está basada en una serie de caricaturas, cuenta con la participación decisiva de un payaso, Robert de Niro está en un papel de reparto, pero lo que se observa no es nada cómico ni sublime. The Joker hace añicos la mentira del sueño americano que ofrece la felicidad para todos en una sociedad incluyente. Arthur Fletch es una bomba activa llena de venganza, una amenaza para la sociedad y para sí mismo. Y, como cualquier ciudadano estadounidense, está armado. Puede en cualquier momento decir una broma sin humor alguno, pero también puede soltar un balazo a la persona que tenga enfrente. Las matanzas se anticipan con una carcajada, y el azar se impone a la lógica de los crímenes.
Al igual que lo que sucede actualmente en Estados Unidos.