El pasado martes 4 de noviembre, durante las elecciones intermedias al Congreso de Estados Unidos, la mariguana volvió a las boletas electorales. Así como en las pasadas elecciones presidenciales su uso medicinal y recreativo fue aprobado en los estados de Washington y Colorado, en la primera semana de noviembre los electores de los estados de Alaska, Oregon y la capital de la nación más poderosa del mundo decidieron legalizarla con fines terapéuticos y de esparcimiento.

El tema no preocupa tanto a los políticos. Para los demócratas, contó más la caída de la popularidad de Barack Obama, y sus seguidores están abrumados con la victoria de los republicanos en el Senado. Como todos los políticos, los demócratas están más preocupados en perder terreno de cara a la próxima elección presidencial, donde la estrella de Hillary Clinton respresenta su única esperanza de permanecer cuatro años más en la Casa Blanca.

Curiosamente, tampoco los jóvenes se mostraron muy interesados en acudir a las urnas. Por eso tuvo lugar un abstencionismo cercano al 60%, y con esa votación la mariguana ganó tres estados más para su consumo. Pero su uso extensivo no estará permitido del todo. Alaska y Oregon se suman a su uso recreativo, pero en la ciudad de Washington se permitirá solamente su cultivo hogareño. Su comercialización seguirá prohibida.  Eso significa que veremos macetitas de mota en los balcones donde la gente se asoma para ver los desfiles del 4 de julio.