La noticia de que la SEP está poniendo en marcha en las escuelas de bachillerato un modelo que combina la formación de los alumnos en las aulas con la práctica en centros de trabajo es una salida para el desempleo de los estudiantes y los jóvenes que terminan la carrera. Como es sabido, hay un ejército de profesionistas que, al no encontrar trabajo, se desempeñan como taxistas, vendedores ambulantes, telefonistas en call centers o se van de migrantes a los Estados Unidos.
En muchos países desarrollados se ha implementado un vínculo directo entre las escuelas y las universidades con las empresas. De hecho, el modelo fue tomado de Alemania, pero también existe en el Reino Unido, Francia, Australia y por supuesto en Estados Unidos. En estas naciones, las empresas absorben a los estudiantes al mismo tiempo que cursan sus carreras, y al finalizar los cursos los estudiantes ya cuentan con un trabajo seguro. Es un sistema que impulsa el desarrollo del sistema educativo de acuerdo a las necesidades nacionales y empresariales, y a la vez es un seguro contra el desempleo.
En México se ha implementado en 50 planteles y 155 empresas, y ha beneficiado a másl de mil estudiantes de bachillerato. La mejor apuesta es que se amplíe.