Las crisis provocan, en todas la épocas que han surgido, comportamientos heroicos y ejemplares, pero también actitudes incomprensibles y aberrantes. Una de ellas surgió en el pequeño poblado de Tuscaloosa City en el estado de Alabama, donde un puñado de estudiantes de preparatoria organizó una fiesta para ver quién de los asistentes podía contraer más rápido el coronavirus. Los organizadores propusieron que se juntara una bolsa de dinero con todos los invitados a la fiesta, y los que lograran infectarse del virus serían los ganadores.
El juego parece un concurso de retrasados mentales -y en efecto lo fue-, pero llamó tanto la atención que la gobernadora de Alabama, Kay Ivei, tuvo que extender la orden de quedarse en casa para toda la población. El Consejo de la Ciudad ordenó que todo aquél que estuviera en la calle tenía la obligación de usar cubrebocas. El Departamento de Salud Pública de Alabama anunció que todos los que resulten positivos de la prueba del coronavirus deberán permanecer en cuarentena por los menos 14 días. Y que los que no cumplan la orden deberán pagar una multa de 500 dólares. Son apenas 11 mil pesos mexicanos, una suma miserable si se compara con el daño que se puede infringir.
Alabama tiene un número de más de 38 mil contagiados, un incremento de más de 10 mil en los últimos 14 días. Casi un millar de personas han fallecido en el estado por el virus.
No se trata de un juego.