Mientras la legalización de la mariguana gana terreno en diversos estados de la Unión Americana, el uso de la heroína avanza a pasos agigantados en el mismo territorio.
Las investigaciones más recientes afirman que el uso de la heroína se ha incrementado un 63% en los últimos 11 años en Estados Unidos. En ese lapso, además, las muertes por sobredosis con esa droga se han cuadruplicado. En 2013, simplemente, más de 8,200 personas se fueron de esta vida porque se les pasó la mano a la hora de la inyección.
El tema preocupa a las autoridades del país del norte, porque existe una escalada de drogas en ascenso. Cualquier ciudadano puede empezar por las drogas más ligeras, como la mariguana, y de ahí iniciar un viaje de placer por el mundo de las drogas, hasta llegar a las más dañinas. Así, se ha comprobado que los consumidores de cocaína son 15 veces más proclives a engancharse con la heroína que aquellos que no son adictos. De igual forma, el 96% de los consumidores de heroína consumen a la vez otra droga, y un 61% de ellos consumen más de tres drogas con diferentes efectos.
¿Habría que legalizar todas las drogas para acabar con la violencia del narcotráfico? Es una pregunta difícil de responder. Porque drogas como la cocaína, que inflama el narcicismo y produce la sensación de ser todopoderoso, también es un carburante de la violencia. La legalización por sí misma no implica la pacificación de las sociedades.