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La iglesia y el voto

Uno de los conflictos más antiguos de México, el de la iglesia y el Estado, ha salido nuevamente a la superficie. En el semanario llamado Desde la Fe, portavoz de la Arquidiócesis Primada de México, los altos jerarcas del clero criticaron el presupuesto de 6 mil 778 millones de pesos del Instituto Nacional Electoral. A su juicio, «el presupuesto es desorbitado, y hace palidecer a otros presupuestos en materia de desarrollo social». Y añaden:  «es una mañosa treta legal que pone en duda la naturaleza y el espíritu de la Reforma Electoral, la cual prometía una democracia más barata y efectiva de cara a la gente».

Más allá del tema del presupuesto, la Iglesia se lanzó contra la legislación mexicana, recordando las diatribas que lanzaba a lo largo del siglo XIX. No hubo ninguna respuesta oficial del gobierno, pero los consejeros electorales reaccionaron con vehemencia ante la actuación política de la iglesia. El Consejero Ciro Murayama señaló: «No es necesario ser un constitucionalista para advertir la lesiva vulneración a la Carta Magna que el contenido «Desde la Fe» supone. Estamos ante la descalificación de las leyes y ante pronunciamientos contra los partidos políticos que la propia Constitución considera entes de interés público. Lamentablemente no es la primera vez que advertimos que la sana separación entre la religión y la política se ve dañada por la Arquidiócesis de México.» Por su parte, el consejero Marco Antonio Baños dijo: «¿Por qué no nos dicen que hacen con los donativos que reciben? ¿Por qué no nos dicen qué hacen con los cobros de las bodas, de los bautizos? ¡Que lo publiquen en el semanario Desde la Fe! Quieren transparencia, es una buena oportunidad para que empiecen a predicar con el ejemplo.» La consejera Pamela San Martín pidió que la Secretaría de Gobernación se pronuncie al respecto, porque ya ha habido antecedentes de intentos de dirigir el voto por parte de la iglesia. Por ejemplo, cuando llamó a votar contra el PRD en torno al matrimonio igualitario en la Ciudad de México.

En este sentido, la máxima evangélica es sabia: «Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios». Con un añadido: «Dad a los ciudadanos el voto, sin meter las manos.»

 

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