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La propuesta socialista

En épocas de crisis, la razón se apaga. Eso es lo que está sucediendo en España con los intentos separatistas de Cataluña, que pretenden imponer una ruptura por la fuerza. Y del lado de Madrid, Mariano Rajoy no ha encontrado mejor solución que la de enfrentar a la policía con los manifestantes.

Si se toman en cuenta los número de los ciuudadanos que partciparon en el pasado referéndum del 1o de octubre para definir la separación de Cataluña, resulta que el 38 por ciento de los catalanes acudió a las urnas. Son cifras oficiales del gobierno catalán, que busca la separación. Y de acuerdo a ellas, más del 60 por ciento no acudió al referéndum. Por temor, dicen, por miedo a los golpes de la policía. Tal vez. Pero también pudo haber sido porque pensaron que el referémdum era ilegal, o simplemente porque son catalanes que no están de acuerdo con la separación de Cataluña.

La luz de la razón ha surgido con la propuesta de los socialistas catalanes. Miquel Iceta, Secretario del Partido Socialista de Cataluña, publicó en la prensa internacional un reclamo a los dos gobiernos -el español y el catalán- que no han sabido dialogar, y que parecen llevar la falta de negociaciones a los linderos de un baño de sangre. Iceta señala que la separación de Cataluña no obedece a la decisión de la mayoría de los catalanes, y que la sordera del gobierno federal solo espolea las decisiones radicales.

Los socialistas señalan con razón que mientras los separatistas añoran fortalecer a la Uníón Europea con la salida de España, en el fondo van a crear un nuevo conflicto en el interior de la Unión. Y que mientras el gobierno de Madrid hace llamados patrióticos a la unidad española, en el fondo pretende aislar a los separatistas, colocarlos fuera de la ley y finalmente agarrarlos a palos.

La propuesta de los socialistas busca una mayor autornomía para Cataluña dentro del federalismo español. Busca que España sea «una nación de naciones» y que respete al gobierno catalán en su defensa de la lengua, la educación y la cultura, cosa que muchas veces no se hace en los hechos. Pero tal vez lo que resulta más novedoso, es que plantea una nueva distribución fiscal, en donde los que más aportan tengan una participación de igual tamaño. Esto último le quitaría a los separatistas una de sus banderas más sentidas, ya que afirman que Cataluña no puede desarrollarse a plenitud por la sangría de sus finanzas, que siemmpre se quedan en las arcas del Palacio de La Moncloa en Madrid.

Si los socialistas catalanes tienen eco, España y Cataluña saldrán fortalecidas de esta crisis. Si no es así, los maquinistas que quieren un choque de trenes tendrán el impacto que tanto anhelan.

 

 

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