Después de la revisión de los estragos causados por la pandemia, algunos analistas se preguntan lo que es más importante para las naciones. si la saludo de sus habitantes o la economía de la nación.

Y no es para menos. Al día de hoy, los casos de coronavirus en el mundo superan los 194 millones de personas, una población semejante a la de Nigeria (200 millones de habitantes), el país más poblado de África.

Todas las naciones quieren, ante todo, preservar la vida de sus habitantes. Pero las actuales condiciones de vida no se pueden preservar si la economía se mantiene cerrada.

Un caso simbólico es el de España. A mediados de 2020, cuando el gobierno español reabrió sus fronteras durante los meses del verano, pocos quisieron viajar sin vacuna a una nación muy golpeada por el coronavirus. La situación ahora también es complicada. Este mes, España ha visto subir los casos de infectados, en especial entre los jóvenes. Cataluña, que tiene la incidencia más alta y es un motor económico, regresó a los toques de queda y los encierros.   Ante el agravamiento, Holanda y Alemania elevaron el riesgo de España —Inglaterra mantiene al país en ámbar— y Francia recomendó evitar cualquier viaje a la península ibérica.

La situación es tensa, pero el gobierno español confía en que los turistas llegarán vacunados en los próximos meses.

No se puede abrir la economía de manera rápida y descuidada.

Pero tampoco se puede regresar a los encierros de la Edad Media.