En 2018 tendrá lugar la elección más importante de México, por la cantidad de cargos públicos en disputa. Pero en el mundo habrá también otras elecciones de relevancia internacional.
En marzo se llevarán a cabo elecciones en Italia, una nación que es la cuarta potencia del continente europeo, y que titubea entre las fuerzas que la quieren mantener dentro de la Unión Europea, y las que buscan su salida. El Movimiento de Cinco Estrellas, una nueva fuerza política capitaneada por un cómico -Bepe Grillo- cobró relevancia al asumirse como una organización diferente de los partidos políticos, y tiene entre sus principios la defensa del medio ambiente, la democracia directa de los ciudadanos, el acceso irrestricto a Internet y la batalla contra la corrupción. Su lucha le ha dado presencia en el Parlamento de la Unión Europea, pero al negarse a las alianzas internas ha disminuido su fuerza en una nación acostumbrada a los gobiernos efímeros y la coaliciones.
Otra elección importante será la de Brasil, una nación que se convirtió en punta de lanza de la corrupción de los gobiernos gracias a la empresa constructora Odebrecht, especializada en sobornar políticos para obtener jugosos contratos. Hasta la fecha, el peso de la ley ha caído sobre un puñado de políticos y funcionarios, y la tercera parte del gabinete, el senado y los gobernadores de las provincias se encuentran en la picota. El propio Luiz Inacio Lula da Silva, que volvió a encabezar las encuestas para las elecciones de octubre, está en un proceso que lo puede inhabilitar para regresar a la presidencia.
La opción electoral opuesta al movimiento de Lula -que impulsó al país a un crecimiento económico notable a la vuelta del siglo- es la figura de Jair Bolsonaro, un militar que pretende regresar a la época de las dictaduras castrenses. Este último personaje es apoyado por buena parte del electorado, los que dicen preferir gobiernos eficaces aunque no sean democráticos. Aquí, las dos caras de la moneda electoral son muy distintas. Representan las esquinas antagónicas de la política.
Finalmente, en noviembre habrá elecciones legislativas en Estados Unidos, donde se votarán los 435 asientos de los diputados y 34 escaños de los 100 que constituyen el Senado. La elección será una prueba de fuego para Donald Trump, el presidente que ha roto las barreras más bajas de aprobación en la historia de la Casa Blanca. Después de la derrota de Roy Moore, el candidato republicano al gobierno de Alabama, los demócratas pueden recuperar el Senado. Eso le imprimiría una cierta racionalidad a la política de la nación más poderosa del mundo.