La informalidad es un tema que define en buena medida a las naciones pobres. En ellas, un altísimo porcentaje de los trabajadores no tienen un empleo fijo, trabajan por su cuenta, ejecutan una gran cantidad de labores para llevar dinero a sus casas, no cuentan con seguridad social y no tienen seguro de desempleo. Los mercados ambulantes están llenos de ellos.
Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, un millón de mujeres perdieron sus empleos formales el año pasado, y la informalidad alcanzó un máximo histórico en todo el país. Al cierre del tercer trimestre de 2021, la informalidad se incrementó en un 14.16 por ciento anual, y dio ocupación a 31 millones 434 mil 243 personas. Esto significó que se sumaron 3 millones 899 mil 536 personas más a la informalidad global en el último año.
En promedio, la tasa nacional de informalidad laboral es de 56.30 por ciento en el país, pero hay estados como Oaxaca y Chiapas que alcanzan hasta el 80 por ciento. Por otro lado, entidades como Coahuila o Nuevo León tienen menos del 37 por ciento de informalidad en su fuerza de trabajo.
Pero la tendencia de la informalidad va al alza. De acuerdo con los datos, como se acaba de apuntar, la Tasa de Informalidad Laboral fue de 56.30 por ciento de la población ocupada en el trimestre referido, lo cual representa 2.1 puntos porcentuales más que en el mismo periodo del año anterior.
De los 31.4 millones de ocupados informales, 50.92 por ciento se emplearon en el sector informal, 22.92 por ciento lo hicieron en empresas, gobierno e instituciones, 19.40 por ciento en el ámbito agropecuario y 6.75 por ciento en el Trabajo doméstico remunerado.
Para los expertos, el incremento del trabajo informal refleja el deterioro del mercado laboral en México. Ellos lo atribuyen a la falta de protección social de los trabajadores y la carencia de ingresos suficientes para satisfacer las necesidades básicas.
Héctor Magaña, analista del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, afirmó que este comportamiento se observa desde hace tiempo, y se explica debido a las malas condiciones de los empleos que se han estado recuperando. «Si lo contrastamos con las cifras de Seguro Social -dijo-, hemos visto que ha habido un incremento en el número de trabajadores formales, pero también se está incrementando el número de personas que trabaja en la informalidad. Esto se debe a que las condiciones que se ofrecen en el sector formal no son las adecuadas o se han deteriorado con el paso del tiempo, y muchas personas prefieren optar por la informalidad para satisfacer sus necesidades de vida; es por ello que esta tendencia podría prevalecer vigente», comentó el experto.
Destacó que desde hace 20 años, la cantidad de personas que percibe más de 5 salarios mínimos continúa contrayéndose, en tanto que los que ganan de 1 a 3 salarios mínimos van a la alza. «Me parece que esta precarización en los salarios pues ha contribuido a que más personas opten por la informalidad», dijo.
Clemente Ruiz Durán, catedrático de la Facultad de Economía de la UNAM, explicó que la población ocupada informal aumentó por las barreras ante las cuales se encuentran los informales para conseguir trabajo.
Entre ellas está la baja calificación laboral y la carencia de un programa de capacitación.
Es una pena, pero en materia laboral, México es una nación informal.