A raíz de una última balacera escolar en Estados Unidos, que dejó 17 muertos en la escuela llamada Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida -en el memorable 14 de febrero-, los estudiantes de High School en el país demostraron ser una fuerza política muy importante. El pasado 24 de marzo llevaron a cabo una serie de marchas que recorrieron las principales ciudades de la nación, y su voz se escuchó también en algunas ciudades europeas.
En lugares como Denver y Miami, las movilizaciones fueron multitudinarias. Pero en Washington fue colosal. Una joven estudiante, llamada Emma González, hizo un recuento de seis minutos sobre las actividades que disfrutaban sus compañeros caídos en la escuela el Día del Amor y la Amistad. Fueron los mismos seis minutos que duró la balacera que les quitó la vida. La demanda central de los adolescentes era NI UN MUERTO MAS, y en el fondo de ella estaba el control de armas, un tema incandescente para los norteamericanos. Por una parte, la posesión de armas se considera un derecho, ya que está consagrado en la Constitución. Y por otra parte, esa posesión ha desembocado en una serie de matanzas de inocentes, básicamente en escuelas.
El tema puede ser crucial para las elecciones al Congreso del próximo mes de noviembre. La encuesta más reciente, desarrollada por la Associated Press y MTV dice que los jóvenes y adolescentes de 15 a 34 años no quieren a Donald Trump. Un 67% de ellos sostiene que es un presidente racista, deshonesto e incapaz para desempeñar su cargo. Sin embargo, según la costumbre, es poco probable que la mayoría de los adolescentes vayan a votar en las elecciones de medio término en noviembre. En los comicios intermedios pasados, que fueron en 2014, solo acudió el 20%.
Pero tal vez la tendencia pueda revertirse. Los jóvenes están verdaderamente conmocionados por las masacres, y la mayoría de ellos quiere hacer algo. Poco más de la mitad afirma que se ha interesado más en política desde el ascenso de Donald Trump. Tal vez ese voto le de un vuelco al poder de los republicanos en el Congreso.
Además, como para atizar el fuego, pueden sobrevenir nuevas matanzas.