El manejar con el sistema de manos libres no frena los accidentes. Al contrario. La concentración del conductor se bifurca, y los riesgos de accidentes se incrementan. Si bien en México se consideró que el uso de celular mientras se maneja es mucho más peligroso que el uso del alcohol -y se impusieron multas hasta por 12 mil pesos-, los fabricantes de automóviles salieron al paso introduciendo un sistema que permite al conductor distraerse con llamadas, mensajes y hasta juegos, pero manteniendo ambas manos en el volante. Desde entonces, las innovaciones —wifi para el automóvil y una variedad de otras aplicaciones— han provocado un rápido incremento del uso de internet en vehículos, lo que contribuye al aumento en las muertes al conducir.
Como siempre sucede con los atractivos de la publicidad, las novedades se disfrazan de actividades inocuas. La aplicación de mensajes Snapchat permite que los automovilistas publiquen fotos que registran la velocidad del vehículo. La aplicación de navegación Waze recompensa a los conductores con puntos cuando reportan embotellamientos y accidentes. Incluso el juego Pokémon Go hace que los conductores busquen criaturas virtuales en las autopistas de Estados Unidos.
La mayoría de los nuevos vehículos tienen un software que se conecta a un teléfono inteligente y permite que los conductores hagan llamadas, dicten mensajes de texto y utilicen aplicaciones sin usar las manos. Ford Motor tiene su sistema Sync, por ejemplo. Otros, incluyendo Honda, Hyundai y Mercedes-Benz, ofrecen sus propias interfaces, así como CarPlay de Apple y Android Auto de Google.
Los fabricantes de automóviles dicen que estos sistemas les permiten a los clientes concentrarse en la conducción incluso mientras interactúan con sus teléfonos inteligentes. Pero esto está por verse.
Después de una disminución constante a lo largo de las últimas cuatro décadas, el año pasado los decesos en autopistas en Estados Unidos registraron el aumento más grande en el porcentaje anual en 50 años. Las cifras en lo que va de este año son peores. En los primeros seis meses de 2016, las muertes en carreteras alcanzaron el 10,4 por ciento, hasta llegar a 17.775, del periodo similar de 2015, de acuerdo con la National Highway Traffic Safety Administration.
La conclusión es que el sistema de manos libres no permite la concentración en el manejo.