Por lo menos 60 muertos en la ciudad de Hilla, al sur de Bagdad. Un suicida se estrelló con una troca llena de bombas en uno de los puestos de vigilancia de la ciudad cercana a las ruinas de Babilonia, dejando un saldo mortuorio cuyo número sigue creciendo. Los heridos fueron además cerca de 70.

El Estado Islámico, cuya estrategia consiste en atacar edificios gubernamentales o suficientemente poblados, reivindicó el ataque diciendo que se trató de «un nuevo mártir». No es nada nuevo. El grupo terrorista se ha declarado enemigo de los gobiernos de Irak y Siria, y de todos los estados árabes en general. No le importa atacar mezquitas que no compartan sus fundamentalismos. Menos aún les importa atacar a sus enemigos declarados, ya sea el gobierno de Estados Unidos o los gobiernos de Francia, el Reino Unido, Rusia o España.

El Estado Islámico serán uno de los mayores problemas para el nuevo huésped de la Casa Blanca, que deberá llegar a finales del presente año.