Europa y el mundo occidental se han horrorizado por el ataque terrorista que quitó la vida de 12 periodistas de la revista Charlie Hebdo en París. Barack Obama envió su más profundo pésame, y la vigilancia antiterrorista se redobló en las ciudades de Londres y Nueva York.
Es sabido que la revista tenía una fila de caricaturistas que lo mismo pasaban por la guillotina del humor a los estadistas europeos que al profeta Mahoma, y que algunos de sus colaboradores estaban en la lista negra de Al-Qaeda. Pero el ataque a mansalva en las oficinas de la revista no era previsible.
En esa atmósfera de riesgo y terror, cobra relevancia la nueva novela del escritor -francés también- Michel Houellebecq llamada «Sumisión», que acaba de llegar a las librerías de París y que trata de la llegada de un musulmán a la presidencia de Francia, después de la presidencia de la derechista Marine Le Pen. El musulmán, cabe decirlo- es un francés que se convierte al Islam después de probar las mieles de sus esposas.
Es un tema incandescente, sobre todo después del atentado. Basta recordar los «Versos satánicos» del escritor Salman Rushdie, perseguido y condenado a muerte por los musulmanes.