Al hablar de los problemas de salud que enfrenta México salta a la mesa de negociaciones el hecho de que en el país el consumo de refrescos ocupa el primer lugar en el mundo. Diversas encuestas han arrojado el dato de que cada mexicano consume 163 litros de refrescos al año; es decir, casi medio litro de refresco cada día. El caso más alarmante es el de Chiapas, donde el consumo de refrescos es 30 veces superior al consumo mundial.
En promedio, una familia mexicana destina 10 por ciento de sus ingresos totales a la compra de refrescos, 24 por ciento a otros alimentos y bebidas, y 66 por ciento a vivienda, educación y vestimenta, entre otros. Pero lo verdaderamente preocupante es que el consumo de bebidas azucaradas incide en la muerte de aproximadamente 24 mil mexicanos al año por la ingesta calórica de los refrescos. Eso lo afirmó Florence L. Theodore, del Instituto Nacional de Salud Pública, al dictar la conferencia La Construcción Cultural del Consumo de los Refrescos en México, en el Instituto de Investigaciones Sociales.
La dieta de los mexicanos dista mucho de ser equilibrada. Los productos industrializados han desplazado a los alimentos más importantes.Hoy el presidente López Obrador sostuvo que existen pláticas para apoyar a los dueños de pequeños abarrotes para que puedan vender de manera prioritaria frutas y legumbres de las regiones. Es un granito de arena, pero sirve para fortalecer a mediano plazo una alimentación más adecuada para la población.