Mucho se ha hablado sobre el carácter de los futbolistas como personas. Pero en el mundo capitalista del futbol se compran y venden como mercancías. Hay algunas piernas que valen millones de dólares. Y hay jugadores que se mueven como fichas en un casino.

Pero hay miles de opiniones que defienden el carácter humano de los jugadores, y que afirman que detrás de los millones de dólares que cuestan sus traspasos de un club a otro, hay hombres de carne y hueso que tienen dignidad, que son libres y que merecen ser respetados como personas.

Uno de esos jugadores es Lionel Messi, el capitán de Argentina, que en la final de la Copa América se convirtió por fin en el campeón llevando el uniforme de su país.

Su precio subió como la espuma. Algunos cálculos dicen que Messi le cuesta al club que lo hospeda más de 7 millones de dólares a la quincena.

Sin embargo, para todos aquellos que afirman que el dinero y la fama lo cubren todo, Messi dedicó su título a las víctimas del coronavirus de su país.