En un intento por detener al Estado Islámico y el expansionismo ruso en Europa, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, solicitó un incremento del 50% para combatir al Estado Islámico -para llegar a los 7 mil 500 millones de dólares-, así como un aumento de 3 mil 400 millones de dólares para fortalecer a la OTAN, contra cualquier posible intento de agresión por parte de Rusia.
Después del fin de la guerra fría, Estados Unidos relajó su preocupación militar por las amenazas de Rusia, pero con la nueva política del Kremlin, tendiente a fortalecer militarmente a sus simpatizantes en Ucrania, el Pentágono ha decidido no quedarse más de brazos cruzados. Ya no se trata de un enfrentamiento ideológico entre el capitalismo y el socialismo. Ahora se trata de una colisión entre dos potencias que, a pesar del paso del tiempo, siguen jugando a las vencidas.