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Mirar con el tacto

Shino Watabe es una pintora japonesa que vive en México desde 1990. Aquí continuó sus estudios, conoció artistas, encontró el terreno fértil para su creación. En 2008 perdió parcialmente la vista por una enfermedad, pero esa limitación no le impidió continuar pintando. Al contrario. Descubrió que añadiéndole textura a sus obras podía internar al espectador al momento de creación del artista, y emprendió un viaje hacia un nuevo tipo de obras. El pasado 24 de junio expuso sus pinturas más recientes en la casa de la Cultura del Club Japonés, y muchos de sus invitados eran amigos que habían perdido la vista. Todos ellos se aproximaban con resolución a los cuadros, tocaban los pétalos de las flores, recorrían sus tallos, se asombraban con el relieve de los colores. Era un espectáculo sobrecogedor. Una exposición en la que tocar las pinturas no solo no estaba prohibido, sino que resultaba obligado para llegar al corazón de la artista.

Shino Watabe es una pintora que se llama a sí misma introvertida, ya que tuvo una infancia solitaria «con fuego en el corazón», según ella misma lo cuenta. En México, los títulos de sus obras y exposiciones reflejan este anhelo de sacar de su propio interior la luminosidad de su fuego. Al inicio de su carrera, Watabe participó en diez muestras colectivas en Japón y México. Entre las individuales, se cuentan: Desde mi infancia, en el Centro Cultural San Ángel de la Ciudad de México (1994); Esencias visibles e invisibles, en la Galería Coyoacán de la Ciudad de México (1995); Corrompidos en la Cafetería el Cafeciofono de la Ciudad de México (1996); Rincón Nostálgico, en el Parque Arturo Mundet de la Ciudad de México (1998); Luchando por proteger la sensibilidad, en la Casa de la Cultura México-Japón Ciudad de México (1999); La Búsqueda de mi ser, en la Cafetería El Infinito de Monterrey (2001); Venta de mis obras, en la Casa Antigua en McAllen, Texas (2005) y Corazón de Piedra, en el Museo Histórico de Reynosa, Tamaulipas (2006). En 2011, presentó una muestra hecha con materiales reciclables en forma de  violines e imágenes de gatos. La muestra se organizó en el restaurante Tarragona, Bocados del Mundo, de la Ciudad de México. En ella, la pintora realizó sus obras incorporando cartón, cajas de huevo y colillas de cigarro. En el 2012, exhibió Experimentando con gatos en la Garros Galería.

Para admirar las obras de Shino hay que cerrar los ojos. Los invidentes pueden leer en braile los títulos de sus obras. Pero para todos los demás, los que aún tenemos la vista, tocar el relieve de sus cuadros nos lleva a un mundo desconocido, donde la materia nos habla. En los cuadros hay protuberancias y caídas que nos indican los huecos del alma, valles arenosos y figuras que sobresalen con toda su fuerza, puntas que nos señalan y pliegues que parecen de seda. Se toca algo, también, parecido al agua.

Al abrir los ojos, lo que vemos son flores.

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