Después de haber vitoreado a Donald Trump desde su casa en Beverly Hills, Charlie Sheen cambió radicalmente de humor y de idea. Y hace unos días volvió a salir, por lo menos temporalmente, bajo los reflectores. Siempre se puede esperar que contribuya con un comentario disparatado. Hace tiempo, afirmó tener “

En esta ocasión, después de que se reportara la muerte de la mamá de Carrie Fisher y posteriormente la de su mamá, Debbie Reynolds, a Charlie Sheen le pareció la ocasión propicia para expresar sus deseos de año nuevo. «Querido Dios -señaló con énfasis-: ¡que siga Trump, por favor!

Esto dijo en su tweet:

Dear God;

Trump next, please!
Trump next, please!
Trump next, please!
Trump next, please!
Trump next, please!
Trump next, please!

Cuando la mitad del país se le fue encima (después de todo, Donald Trump es el presidente electo y nunca ha estado bien visto desearle la muerte a alguien públicamente por diferencias políticas o cualquier motivo), decidió poner lo siguiente:

«La reacción de los medios al tuit de anoche -dijo con un lenguaje muy barroco- es tontamente representativa de la pusilanimidad panorámica extendida amplia y displicentemente a través de todas las expresiones de esperanza o alegría que actualmente nos atrevimos a publicar o impartir.

Ah, y por cierto, estaba hablando con Dios, no con ustedes.

Así que ya saben, no anden metiéndose en lo que no les importa, esto es entre Dios y Charlie Sheen.»

Sin embargo, alguien le respondió en Twitter: en ese caso tal vez debió mandarle un mensaje directo.