A medida que se acerca el día de la jornada electoral, se multiplican las acciones de los grupos que se oponen a las elecciones. Son grupos minoritarios en relación al conjunto de los electores, pero tienen formas de llamar la atención que irritan a muchos y son la nota preferida para muchos periódicos y noticieros.
Los grupos que se oponen a las elecciones pueden distinguirse en cuatro bloques bien definidos. Por una parte, el grupo que se ha formado alrededor de los padres de los maestros desaparecidos en Ayotzinapa, que sostienen que primero habría que resolver ese caso y después pensar en procesos electorales; por otro lado, los maestros de Guerrero agrupados en la CETEG, que han llevado a cabo diversas acciones contra las oficinas del INE en el Estado, y que se dicen dispuestos a impedir la instalación de casillas electorales en diversos puntos de la entidad; junto a ellos están los maestros del SNTE de Oaxaca, que se opusieron en principio a las evaluaciones de los maestros promovidas por la reforma educativa, y que amenazan con tomar las casillas el día de la jornada. Finalmente, están los maestros de la CNTE de Michoacán, que provienen básicamente de la Meseta Purépecha, y que lo mismo participan como Guardias Comunitarios que cierran las calles de la ciudad de México para hacerse escuchar.
La semana pasada un grupo de maestros de la CNTE bloqueó la Avenida Insurgentes a la altura del Teatro de los Insurgentes, y la parálisis vehicular se extendió varias cuadras durante cerca de cuatro horas. Al final nombraron una comisión para hablar con los funcionarios del Registro Federal Electoral, y fueron recibidos en paz. En una de las salas del edificio dijeron que estaban contra las elecciones porque los comicios son amañados, y terminan poniendo como gobernantes a personas que no defienden los intereses de la población. Desde el presidente de la República hasta los alcaldes de Michoacán –dijeron-, muchos de los cuales terminaron aliándose al narcotráfico.
Las demandas de los inconformes son múltiples, y sus métodos afectan a sectores de la población que no tienen que ver con las causas de los problemas. El tema de la reforma educativa es el primero que debe resolverse, porque no puede haber unos maestros que sean sujetos de los exámenes y otros que queden al margen. Y los sindicatos no pueden ser los fieles de la balanza de la educación del país. Es necesario llegar a una negociación. Exámenes sí, pero con capacitación previa. Un ingreso masivo a niveles superiores de enseñanza. Por eso el gobierno no puede borrar la reforma educativa, como lo hizo por decreto la semana pasada. Sería tirar a la basura un esfuerzo gigantesco.
Pero eso no tiene nada que ver con las elecciones.
Los grupos que no quieren las elecciones no tienen propuestas alternativas. No se dan cuenta de que, sin elecciones, se quedaría en los cargos públicos los gobernantes que tanto detestan.