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No perdió Trump

En las elecciones legislativas del pasado 6 de noviembre, el Partido Demócrata le arrebató a Donald Trump la mayoría de los asientos de la Cámara de Diputados en El Capitolio. Sin embargo, al fracasar en sus intentos de quitarle también el Senado, Trump logró salir bien librado de la contienda.

Muchos analistas, políticos y ciudadanos pensaron que un hombre del talante de Donald Trump no podría permanecer mucho tiempo en la Casa Blanca. Sus arranques infantiles, sus deseos de gobernar al mundo a través de twitter, sus insultos furibundos contra la prensa y las estrellas cinematográficas que lo critican, sus balandronadas de ataques nucleares y sus inclinaciones misóginas, xenófobas y racistas eran considerados los ingredientes de un caldo de cultivo para su destitución o renuncia al estilo de Nixon. Pero nada de eso sucedió.

Aunque la votación para la llamada Cámara Baja del Congreso favoreció a los demócratas, lo cierto fue que Trump salió fortalecido con el voto de buena parte de la población de la nación más poderosa del mundo. Si bien los estados costeños del Este y el Oeste de Estados Unidos votaron en su contra, las entidades del centro lo favorecieron. Más aún, las victorias de algunos republicanos pueden ser vistas como un relevo generacional de las ideas de Trump. En Tennesse, por ejemplo, salió victoriosa Marsha Blackburn, la primer mujer senadora por ese estado, una política sumamente carismática, que derrotó la campaña de Taylor Swift a favor de su rival demócrata, y le brindó su triunfo al actual huésped de la Casa Blanca. Y en el estado de Missouri, también, una promesa política de 41 años, el juvenil Josh Howley dijo que su triunfo se debió al apoyo del presidente Trump.

¿Y los demócratas? ¿No cifraban sus esperanzas en una nueva generación de jóvenes, mujeres, negros y latinos? Pues sí, y cabe señalar que todos ellos ganaron. La joven Alexandria Ocasio Cortez una mestiza de 29 años de Nueva York, llegará al Congreso con la mochila llena de iniciativas y esperanzas. Ilhan Omar, una refugiada de Somalia seguidora del Islam, tendrá también su asiento, y abogará por los migrantes que buscan refugio de la violencia de sus países. Y Donna Shalala, a sus 77 años, impulsará sus políticas de equidad de género y salud desde su curul en Florida. Sin embargo, lejos de fortalecer la oposición a Donald Trump, esa mezcla racial, generacional, étnica y política lo que hará será dividir a los demócratas.

Si las encuestas dicen algo, Nancy Pelossi seguirá siendo la lideresa del Partido Demócrata en El Capitolio. Y sus afanes no son precisamente los de quitar a Donald Trump de la Casa Blanca. Su política es la de la negociación, sacar adelante al país con propuestas aprobadas por demócratas y republicanos. Por eso muchos demócratas -los más jóvenes, las mujeres y los negros- no la quieren. Donald Trump tampoco, pero su política será mucho más favorable que la de crear un oleaje que termine por juzgar políticamente al actual presidente.

Con estos resultados, Donald Trump puede dormir tranquilo.

Hasta hoy.

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