En la nominación de los candidatos al Óscar las cifras son apabullantes. La la land, la historia de amor cantada con tonos de jazz y bailada a ritmo de tap, se llevó el mayor número de nominaciones con 14. Es un récord histórico, ya que la película empata en ese terreno con Titanic (1997) y All about Eve, traducida en México como La Malvada (1950). La la land va por los premios a la mejor película, mejores actuaciones, mejor dirección y mejor música, por supuesto.

Después de dos años sin incluir actores o directores negros, este año Hollywood le da vuelo al tema con 6 nominaciones de actores negros -otro record en la historia de los Óscares- y tres películas sobre la discriminación de los llamados afro-americanos. Una de ellas, Luz de luna, ya ganó el Globo de Oro a la mejor película en el género dramático. Otra es una obra monumental de Denzel Washington -él produce, él dirige y él actúa- sobre la vida de un recolector negro de basura y su familia, y la última es un testimonio francamente vergonzoso sobre tres científicas negras de la NASA que tenían labores importantísimas en la exploración del cosmos, pero que tenían que ocultarse por ser negras.

El otro récord es de la insustituible Meryl Streep, que llegó a su vigésima nominación de su carrera, algo no superado por nadie.

¿Quién ganará la estatuillas? Nadie lo sabe. Lo único seguro es que la ceremonia de los Óscares será, una vez más, una arena de repudio a Donald Trump.