Desde hace varias décadas, Miami se volvió el emblema de los valores norteamericanos para los cubanos que aspiraban a salir de la isla, y Florida se convirtió en un importante campo de batalla para las contiendas electorales. En los comicios del año 2000, después de un lastimoso capítulo de jaloneos entre el candidato republicano George Bush y el demócrata Al Gore, la decisión de quién sería el presidente de la república fue tomada por la Suprema Corte, después de suspender todos los recuentos de una elección sumamente cerrada: George Bush había ganado por 327 votos. ¿Y esa cantidad era suficiente para declarar presidente del país más poderoso del mundo al vencedor de las elecciones por una nariz? Pues sí. Así fue. Por eso George Bush resultó electo presidente.

Ahora las cosas no se ven mucho más simples. Desde la lejana égida de cubanos a Florida después del triunfo de la revolución cubana, los ciudadanos de recién arribo no saben a ciencia cierta por quién van a votar. Si de ideología se trata, los cubanos que salieron de su patria tienen todos sus huevos en la canasta republicana. «Cubanos con Trump», se lee en todas sus mantas y banderas. Pero si se trata de analizar las medidas que han llevado a cabo los gobiernos locales y su aceptación entre los ciudadanos, el voto no se ve muy definido. Trump no ha tomado medidas populares a favor de los cubanos que nacieron en Miami. Más bien al contrario: ha restringido el número de visas para los norteamericanos que quieren ir a la isla, ha echado por tierra el programa de reunificación familiar para los cubanos -que benefició a más de 125,000 isleños  que se reunieron con sus familias en Estados Unidos- y ha aumentado la deportación de los solicitantes de asilo.

Sin embargo, las respuestas de los más afectados han sido contradictorias.En una encuesta de la Universidad Internacional de Florida, el 71 por ciento de los encuestados afirmó que el eterno embargo económico de Estados Unidos contra Cuba no ha funcionado; sin embargo, el 60 por ciento opinó que debería mantenerse. Muchos de ellos también dijeron que la política de Washington hacia Cuba era menos importante para ellos que otros temas, incluidos la economía, la atención médica, las relaciones raciales e incluso las políticas hacia China.

¿Ganará Trump el voto de la enorme población hispana en el estado de Florida?

La moneda está en el aire.