Como es su costumbre, la revista TIME ha seleccionado a su personaje del año. Y este año es, que duda cabe, Donald Trump. El hombre que nadie esperaba. Aborrecido por la mitad de los votantes en Estados Unidos, representa la esperanza para todos aquellos que se sienten defraudados por las promesas de las élites políticas, los chicotazos del desempleo, la falta de oportunidades, la inseguridad en las calles, la ruptura de las tradiciones, los cambios forzados por la tecnología, la inestabilidad de un mundo incomprensible y las amenazas de las nuevas potencias, y que por ello sienten la urgencia de un líder que llegue con un lenguaje incendiario para cambiarlo todo.
Dice la revista que la selección es por el personaje de mayor influencia. Si es una influencia buena o mala, no importa. Para sus seguidores, la victoria de Trump es el triunfo sobre un sistema hipócrita y anquilosado, representado por las élites políticas y su demagogia. Para sus detractores, el ascenso de Trump es la victoria del racismo, el sexismo y la xenofobia.
El país ahora debería llamarse Estados Desunidos de América.